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domingo, 21 de agosto de 2011

Entrevista | El Houssine Ndour y Mustafa Ahmed, activistas saharauis



Gdeim Izik: punto de inflexión en el Sáhara occidental

Nada más volver de su viaje de apoyo a activistas saharauis en El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, las zaragozanas Laura Monteagudo, Pilar Fortuño y Raúl Royo entrevistan al que fue uno de sus compañeros en el terreno, el activista saharaui de territorios ocupados y ex preso político de la intifada de 2005 y del campamento Gdeim Izik, El Houssine Ndour, y a Mustafa Ahmed, activista saharaui residente en el Estado español, y uno de los organizadores del viaje desde Madrid.

De forma inevitable, la conversación comienza con la pregunta por la experiencia en el campamento de protesta de Gdeim Izik y los efectos en las vidas de las y los saharuis de los territorios ocupados tras el brutal desalojo y la represión posterior.

Diagonal Aragón: ¿Cuáles fueron las causas que os llevaron a organizar el campamento y cómo fue la experiencia? ¿Por qué elegisteis esta estrategia de lucha?
Mustafa: La gente quiso salir a las afueras de la ciudad y montar el campamento para desmaquillar la estrategia política de Marruecos, por la que lleva muchos años vendiendo al mundo que los saharauis viven en una situación política y económica bastante cómoda. Queríamos parar el robo de los recursos naturales, como el fosfato y la pesca, que se expolian de forma masiva.
Houssine: En el campamento pudimos sentir la libertad total, a pesar de las condiciones en las que vivíamos. Las reivindicaciones fueron cambiando cuando el campamento se hizo grande, con una amplia base popular que lo permitió. El primer día eran 40 jaimas y fue creciendo hasta que llegaron a ser más de 8.000 jaimas en menos de una semana. Si no hubiera sido por el bloqueo que hizo el gobierno marroquí sobre el campamento, hubieran sido mucho más que 8.000 jaimas.

DA: Habladnos de vuestras reivindicaciones durante el campamento y de cómo son ahora tras el desmantelamiento.
M: Las reivindicaciones en principio eran sociales y laborales, pero la reacción de las autoridades marroquíes frente al campamento ha dejado claro a todos los saharauis que este gobierno no tiene ninguna intención de negociar positivamente sobre las reivindicaciones ni de solucionar el problema. Esto se vio muy claro con el muro que creó el ejército alrededor del campamento, aislándolo de todo el mundo, y también con los controles de policía y ejército entre la ciudad y el campamento... todo esto más el asesinato del joven saharaui, Nyem El Garhi, por el ejército el día 24 de octubre. Entonces, los saharauis decidieron que había que ir a por la independencia del Sáhara.

DA: Las reivindicaciones cambian durante y después del campamento. ¿Lo que queréis decir es que en la primera fase fueron de tipo social y laboral y en la segunda fase son reivindicaciones en torno la independencia del Sáhara?
M: La gente estaba desarmada y tuvo una actitud pacífica. El bloqueo de Marruecos y la policía y el ejército fueron todo lo contrario. Imaginad los controles de las fuerzas marroquíes para frenar que se pudieran pasar las cisternas de agua dentro del campamento o incluso el ambiente después del asesinato del joven... La gente se da rápidamente cuenta de que Marruecos sólo negocia con los saharauis para ganar tiempo. Los saharauis aprovecharon así la difusión internacional para decir claramente que no se quiere a Marruecos. A partir del 24 de octubre, con la muerte de El Garhi, la gente ya tiene claro que no tiene nada que perder y que el objetivo es la independencia.


DA: ¿Podemos hablar de un antes y un después de Gdeim Izik en la lucha saharaui?
H: En realidad, el hecho de que se junten 30. 000 personas en un campamento como Gdeim Izik, donde todo el mundo vive igual y comparte todo, es muy importante. Hemos visto a mucha gente que no veíamos antes en la lucha. Ha habido una gran oportunidad para charlar y debatir entre todo el mundo, incluso entre los activistas. Esto desmiente también la versión que da Marruecos al mundo de que los saharauis que viven en los territorios ocupados son marroquíes y no son separatistas como los saharauis de los campos de refugiados de Tinduf. La forma de lucha ha cambiado mucho después de Gdeim Izik, maravillosamente hemos visto como el pueblo saharaui, a pesar de la situación en los territorios ocupados, con desaparecidos, detenidos, y fallecidos... se están organizando. Hay protestas diariamente con todas las asociaciones de Derechos Humanos (DDHH) y muchos activistas individuales. Así que podemos decir que Gdeim Izik esta todavía vivo.

DA: ¿Y qué ha supuesto para ti, Houssine, de forma personal, ser un activista saharaui en los territorios ocupados?
H: Como activista y ex preso en el 2005, he sufrido muchas torturas durante este periodo, y ahora sufro un fractura mal curada en mi brazo izquierdo... ya me han hecho dos operaciones. He pasado 10 meses en la cárcel, desde entonces, además de dolor físico que sigo sufriendo desde aquello, he sido detenido, torturado y abandonado en la afueras de la ciudad. Así que mi vida es como la de muchos activistas, es especial, pero cada vez que padecemos cárcel o torturas, recibimos más energía y convicción para seguir luchando. Además hemos hecho varias huelgas de hambre en la cárcel, la más importante durante 52 días. Yo estuve 20 días con los compañeros, porque me llevaron al hospital urgentemente donde me ingresaron durante 2 meses. También he estado preso durante 5 meses y 8 días después de Gdeim Izik. Pero cada día veo más gente nueva en las protestas, también estamos de forma casi constante en contacto con el exterior. Todo esto es debido a la fuerza que nos ha dado Gdeim Izik y a lo que hemos aprendido de ello.



DA: En el desmantelamiento del campamento hubo mucha violencia hacia los saharauis, incluso falleció gente... ¿Hay más represión o, de alguna manera, se han restringido más vuestras libertades?
M: La relación con Marruecos y con los colonos ha vuelto al año 1975, a lo que nos contaban nuestros padres y nuestras madres sobre los primeros días de la invasión marroquí al Sahara. Es lo que se ve a día de hoy en los territorios ocupados: detenciones, toque de queda, enfrentamientos de colonos y autoridades con los jóvenes saharauis… Las detenciones normalmente se justifican diciendo que la gente está contra el orden general, forma bandas (pertenencia a banda criminal).… pero sólo se hacen contra los activistas.
H: El reino de Marruecos ha demostrado que para él los saharauis están directamente acusados y condenados por ser saharauis. Las ciudades del Sáhara están tomadas especialmente por el ejército marroquí, que está instalado en las calles de El Aaiún.

DA: ¿Cómo es la relación con Marruecos y con los colonos ahora?
M: Después de lo que hicieron en el desmantelamiento de Gdeim Izik y la colaboración entre los colonos y el ejército marroquí contra la población saharaui, hay un antes y un después en esta relación, simplemente no se puede confiar en un colono, bajo ningún concepto.
H: Nosotros no tenemos nada en contra el pueblo marroquí, le consideramos un pueblo como el nuestro que sufre la dictadura, pero desgraciadamente hemos visto cómo los colonos colaboran con la policía marroquí en contra de los saharauis, sobre todo en la mayoría de las manifestaciones de saharauis. Así que les consideramos igual que al ocupante.


Fuente: www.diagonalperiodico.net

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