No ha cesado el dispositivo de búsqueda ni los contactos entre los distintos países del Sahel para dar con el paradero de los los dos cooperantes españoles secuestrados el sábado en Tinduf, pero sí que se ha interrumpido la persecución de los hombres del Frente Polisario a los captores de Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y la italiana Rossella Urru.
Así lo han asegurado a ELMUNDO.es fuentes diplomáticas saharauis, que han informado de que tras tres días de seguimiento las autoridades españolas habrían expresado su temor a que se produjesen cruces de fuego con los secuestradores y corriese peligro la vida de los cooperantes.
Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, ha afirmado en Rabat en conferencia de prensa con su homólogo marroquí que el Gobierno de Zapatero trabaja "intensamente" con todos los países de la región para la liberación de los cooperantes raptados en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia).
El Ejecutivo español, además, ha pedido a Naciones Unidas (ONU) que desplace una comisión de investigación para valorar la situación actual en los campos tras la operación del sábado, según Jiménez. Una operación que no ha reivindicado todavía ningún grupo terrorista, pero que fuentes de la seguridad mauritana y algunos miembros del Frente Polisario han atribuido a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
"No queremos especular con la autoría porque aunque hay algunas hipótesis, no hay ninguna reivindicación", ha señalado la ministra española de Exteriores antes de recordar que "lo primordial es la liberación; trabajamos con todos los elementos que nos vamos encontrando".
El Gobierno de España, ha continuado Jiménez, "se ha reunido con miembros de las ONG que están en Tinduf y aunque muchas de ellas quieren quedarse, se ha pedido que extremen las medidas de seguridad ante lo acaecido".
El cónsul de España en Orán, José Manuel Rodríguez, viajó a Tinduf este lunes para encontrarse con los cooperantes desplazados en los campamentos e incidir en la necesidad de incrementar la seguridad, algo que según fuentes del Polisario se hizo inmediatamente después del rapto. Aunque, por el momento, no han reclamado su evacuación, algo que podría afectar negativamente a un territorio que depende casi al cien por cien de la cooperación internacional.
Jiménez ha explicado también que desde el primer día del secuestro de las dos cooperantes españolas en Kenia se puso en marcha una célula de crisis, que continúa con el rapto de los españoles en Tinduf. Una célula que preside la ministra de Exteriores y que está integrada también por los secretarios de Estado de Cooperación y Exteriores, además de responsables de emergencia consular. "Mantengo contacto diario con el presidente del Gobierno y estamos también en comunicación con las familias y las ONG".
Apoyo marroquí
La ministra Jiménez también ha destacado que España cuenta con la solidaridad del Gobierno de Marruecos, que está dispuesto a colaborar en el dispositivo de rescate. Con Marruecos "mantenemos una gran cooperación en materia antiterrorista y puede resultar de gran utilidad".
Su homólogo marroquí, Fassi Fihri, ha resaltado que todos los países de la zona cuentan con sus informaciones acerca del secuestro "y es importante colaborar". Fihri ha condenado el rapto de "ciudadanos de un país amigo" y ha confiado en su pronta liberación, pero ha querido dejar claro que la responsabilidad es del Estado argelino, dentro de cuyas fronteras se encuentran los campamentos de refugiados saharauis "y debe asegurar la seguridad de los ciudadanos que viven en su territorio".
Respecto a los campos de Tinduf, ha dicho, "es una zona fuertemente militarizada con seguridad argelina y saharaui; es una zona cerrada por sus fuerzas". Y se ha preguntado "qué ley se aplica en los campamentos, quién es responsable de qué y quién se encarga de la seguridad". Para Marruecos, ha considerado, "es un espacio de no derecho".
Por su parte, Mohamed Salek Uld Salek, ministro saharaui de Asuntos Exteriores, señalaba ayer que los secuestradores de los tres cooperantes tenían como finalidad primero pedir un rescate, pero también "generar un clima de inseguridad en los campamentos para atemorizar a los cooperantes y donantes".
El ministro de Exteriores marroquí, además, ha recordado que Marruecos fue de los primeros países que se dirigió a la comunidad internacional para interpelarle por la toma de Al Qaeda de las tierras del Sahel, su gran evolución en los últimos años en grandes espacios sin vigilancia y la extensión de sus tentáculos a otros grupos armados de países como Nigeria o Somalia.
Asimismo, ha mostrado su "inquietud" por las porosas fronteras de la región. Y ha reclamado más cooperación internacional porque los países del Sahel "no disponen de los medios suficientes para responder a los golpes de Al Qaeda".
Fuente: elmundo.es
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